Martes, 25 de noviembre de 2025

Cuando el teatro lleva al corazón

de la reflexión sobre la violencia

de género, apunta investigación

de la UAA

 

Martes 26 de noviembre 2025

 

● El proyecto se aplicó en un taller en el refugio “Mujer Contemporánea”, promoviendo el diálogo y reconstrucción personal a través del arte.

● El teatro participativo se plantea como una vía pedagógica y transformadora que fomenta la empatía, la conciencia social y la erradicación de la violencia.

La Dra. Ximena Gómez Goyzueta, profesora investigadora del departamento de Letras de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, llevó a cabo el proyecto de investigación “Diálogo de mujeres sobre violencia en tres dramaturgias hispanoamericanas del siglo XX”, en el que se analizaron tres obras teatrales de distintos países iberoamericanos: Andarse por las ramas de Elena Garro (México), El despojamiento de Grisela Gámbaro (Argentina) y Yerma de Federico García Lorca (España).

El estudio surgió de la preocupación por las múltiples formas de violencia que enfrentan las mujeres, las cuales no impactan de igual manera debido a factores como el género, el nivel socioeconómico o el contexto social. La Dra. Gómez Goyzueta señaló que esta investigación surge de la observación durante la pandemia por COVID-19, en el refugio “Mujer Contemporánea”, donde un alarmante incremento de los casos de violencia intrafamiliar derivó en un ingreso acelerado de mujeres que buscaban escapar de situaciones de maltrato durante el confinamiento.

A partir de esta experiencia, la investigadora planteó una reflexión sobre cómo la dramaturgia puede convertirse en una herramienta para visibilizar y analizar la violencia de género. Las obras seleccionadas presentan protagonistas femeninas que enfrentan distintas situaciones de violencia —familiar, sexual, laboral, roles de género y relacionada con la elección de la maternidad—, mostrando cómo estas dinámicas de la esfera privada reflejan estructuras de violencia presentes en la esfera pública.

Según la investigadora, el teatro ofrece un espacio simbólico donde las personas pueden reconocerse en los personajes y, a partir de ello, cuestionar las realidades que perpetúan la desigualdad.

El proyecto, de carácter cualitativo, se estructuró en dos fases: una básica, enfocada en el análisis contextual de las obras y sus universos sociodramáticos. La segunda fase, la Dra. Gómez Goyzueta trabajó en colaboración con las doctoras Adriana Álvarez y Ana Margarita Castillo Rodríguez, y las estudiantes Camila Hurtado y Mercedes Regla; se trató de una fase aplicada a través de un taller basado en los

principios del “teatro de las personas oprimidas”, corriente latinoamericana que utiliza la representación como herramienta comunitaria para el diálogo y la transformación social.

El taller se llevó a cabo durante seis sesiones entre julio y agosto de 2025, utilizando fragmentos de las tres obras analizadas; a través de lecturas de atril, las participantes dialogaron sobre las causas y consecuencias de la violencia que vivían los personajes, estableciendo paralelismos con sus propias experiencias.

La finalidad de este trabajo fue propiciar un espacio de diálogo y reconstrucción simbólica, donde las mujeres pudieran reconocerse como agentes de cambio, desde un enfoque del teatro participativo y la representación escénica se convierta en una herramienta pedagógica y transformadora, capaz de romper determinismos sociales y de género, y abrir posibilidades para construir mundos más justos y equitativos.

La Dra. Gómez Goyzueta destacó que el arte, en su dimensión pedagógica, permite ensayar mundos posibles y ofrece caminos para comprender la manera en la que nos relacionamos. “A través del arte —señaló— es posible desafiar los conceptos deterministas y construir nuevas realidades culturales donde la vida y la dignidad de las personas ocupen el centro”.

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